José Carlos Yrigoyen
Oswaldo Reynoso entre los vivos
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Cuando Oswaldo Reynoso regresó al Perú en 1989 –después de una década trabajando como profesor universitario en PekÃn y corrector de estilo en la agencia de noticias Xinhua– encontró un paÃs muy distinto al que abandonó en los años de plomo del régimen militar del general Francisco Morales Bermúdez. La situación económica, polÃtica y social habÃa empeorado hasta extremos impensados: estábamos a merced de la hiperinflación, el terrorismo y una incertidumbre que no permitÃa ninguna esperanza en el futuro a cercano o largo plazo. Cientos de miles de compatriotas huÃan del paÃs en busca de un porvenir decente para ellos y sus hijos. Pronto arribarÃa un nuevo gobierno que pretendió resolver los grandes problemas nacionales a través de durÃsimas medidas económicas, la privatización de las empresas estratégicas y la instauración de la paz de los cementerios. Reynoso, quien habÃa sido testigo privilegiado de los profundos cambios experimentados por China desde la Revolución Cultural de los guardias rojos hasta las reformas procapitalistas de Deng Xiaoping, contemplaba ahora nuestras dramáticas transformaciones nacionales desde su pequeña casa de Jesús MarÃa, mientras daba los toques finales a los proyectos literarios que habÃa iniciado en su autoimpuesto exilio.
Algo más habÃa cambiado para Reynoso tras el retorno a su patria: la consideración que se le tenÃa como figura pública y como escritor. En los setenta, Reynoso era un autor que agotaba las ediciones populares de sus libros, muy apreciados por los lectores j